A menudo uno de los problemas con los que nos encontramos es que las empresas no saben cómo crear un plan estratégico en redes sociales. Creen que deben estar allí “porque todo el mundo lo hace”, sin tener un plan estratégico bien definido.
Nunca debemos hacer algo porque sí, sino trazar siempre en primer lugar una línea que defina el quién, dónde, porqué, qué, cómo y cuándo. Siempre empezaremos por el quién, eso es, el target.
Definir el QUIÉN ¿Quién es mi target?
Un plan estratégico tiene que partir de la interrogación acerca de quién es nuestro target, eso es, nuestra audiencia o cliente potencial al que queremos llegar. Debemos concretar su género, rango de edad, intereses y lenguaje. Es posible que nuestro negocio no tenga solo un tipo de perfil de cliente sino varios, con lo cual deberíamos crear los distintos segmentos de audiencia existentes.
A modo de ejemplo, si tenemos una empresa que vende interruptores y sistemas/soluciones de conectividad para empresas, probablemente detectaremos dentro de nuestro target varios segmentos:
- hospitales
- escuelas
- particulares/hogares
- naves industriales …
Fijémonos que, si queremos llegar al segmento escuelas tendremos que hacer hincapié en la seguridad y los interruptores antivandálicos, ya que hay niños y adolescentes. Sin embargo, en el segmento hospitales quizás nos podemos focalizar también hacia los interruptores antibacterianos. En el caso de las naves industriales quizás el foco se debe poner en el ahorro energético y, en el caso de casas particulares, en un diseño atractivo y la domótica.
Vemos pues que el segmento define las inquietudes y necesidades que motivan a nuestro público, nos habla de lo que necesitan y cómo aproximarnos a ellos para solventar su necesidad.
Definir el DÓNDE: ¿En qué red social se encuentra mi target?
Una vez sabemos quién es nuestra audiencia, podemos preguntarnos en qué redes sociales se encuentra. No tenemos que tener un Facebook o un Twitter porque toca, sino solamente en caso de que en efecto nuestra audiencia esté presente en dicha red social.
Así pues, elaboraremos un listado de las redes sociales donde nuestra audiencia está más presente y proactiva.
Definir el PORQUÉ: ¿cuál es el objetivo por el cual queremos publicar en redes sociales?
Las redes sociales no son un fin en sí mismo, sino un medio. ¿Para conseguir qué?
La respuesta a esta pregunta dependerá de cada empresa en particular, si bien es indispensable que seamos capaces de definir un objetivo medible, cuantificable, acotado en el tiempo y realista.
Por ejemplo, si nuestra empresa es una tienda online, probablemente las redes sociales tendrán sentido para nosotros en la medida en que sean capaces de mandarnos tráfico cualificado a nuestro e-commerce para que acabe comprando. Por lo tanto vemos que ése es nuestro objetivo, el cual es medible, ya que podemos analizar mediante Google analytics cuántas visitas llegan a nuestra web proveniente de redes sociales.
Si por el contrario lo que queremos es que se pongan en contacto con nosotros para solicitar un presupuesto, nuestro objetivo será enviar tráfico cualificado al formulario de contacto de la web para que lo rellenen. Por lo tanto, podremos medir el éxito o fracaso de nuestras acciones sociales a partir del número de formularios de contacto que se han rellenado mediante tráfico proveniente de las redes sociales durante un determinado periodo de tiempo.
Definir el QUÉ y el CUÁNDO: ¿qué haremos en redes sociales?
Una vez sabemos porqué queremos publicar en redes sociales, podemos pasar a definir qué haremos y con qué periodicidad. Eso es, un calendario editorial.
¿Publicaremos artículos de nuestro blog? ¿Videos quizás? ¿Imágenes? ¿Citas?
¿Deberíamos llevar a cabo publicidad en Facebook (Facebook Ads), en Instagram, en Youtube?
Todas las medidas que llevemos a cabo en redes sociales tienen que ir encaminadas siempre a conseguir nuestro objetivo.
Podríamos trabajar, siguiendo con el ejemplo de los interruptores y sistemas de conectividad, con un canal Youtube con microvideos que muestren de forma atractiva los distintos servicios que ofrecemos y un enlace clicable a nuestro formulario de contacto web. En Instagram o Pinterest quizás podríamos trabajar con citas emotivas que promueven la importancia de la seguridad en un hogar para ti y los tuyos.
Si queremos conseguir que rellenen un formulario en nuestra web, probablemente sea una buena idea llevar a cabo anuncios publicitarios en Facebook ads con una llamada a la acción de “pide presupuesto sin compromiso”. Dicho anuncio puede enlazar directamente al formulario de contacto.
En el caso del ecommerce podemos optimizar nuestra página de empresa en Facebook para que muestre una pestaña con productos de nuestra tienda online.
Una vez sepamos qué queremos hacer, decidiremos cada cuánto. La periodicidad de publicación vendrá determinada por nuestro presupuesto y por el ritmo de publicación de la competencia.
Finalmente, la medición nos hablará de qué ha funcionado mejor y qué no. De este modo, revisaremos una y otra vez el plan estratégico mediante ensayo error para potenciar aquello que nos permite lograr nuestros objetivos y descartar aquello que nos aleja de ellos.
Recuerda!
Antes de empezar a publicar en Redes Sociales, piensa en: a Quien, Dónde, Porqué, Qué y Cuándo!
¿Sabes lo que quieres pero necesitas que te echemos una mano?
Escribenos y hablamos?